Con puntualidad británica y no precisamente para tomar galletitas dulces y de una manera
repentina...¡¡ estamos aquiii jijijiji !!! llegaron los cólicos. Llantera inconsolable y flexiones
de rodilla, para arriba y para abajo. He leído que solo le ocurre a
un 20% de los bebés. En las productivas clases de preparación al parto, nos
comentaron que existían estudios que indicaban, que en los paises
donde llevan a los bebés sujetos al cuerpo de forma continua, los
bebés lloraban muy poco y no sufrían de cólicos. ¿Alguién lo ha
probado?
Estuvimos 3 meses con lloros intensos,
que solían durar unas 3-4 horas. Además, es un círculo vicioso, el
bebé al llorar traiga aire y eso provoca aun si cabe más dolorcito
para ellos. Los padres que no han vivido esto no te acaban de
entender. Te sientes frustrado, desesperado, cansado e impotente.
En uno de esos momentos, pasas por delante del espejo, y ves reflejado a un ser desencajado, le acompañan un look marujón, pinza en la cabeza y ojos saltones.
¡¡ Qué no cunda el pánico !! Toca la hora del relevo. Es aconsejable turnarse. Le pasas el baby al marido, y le dices - tu ves..que yo ya... después...ya ya ya.. - (como diría José Mota) y sin mirar por el espejo retrovisor, a la velocidad del rayo haciendo salto de pertiga te metes en la cama y te tapas hasta arribita.
Es muy duro, eres su Tótem y no puedes hacer nada para calmarle, solo darle calor y tenerlo en tus brazos e intentar que no te acabe perforando el tímpano.
En uno de esos momentos, pasas por delante del espejo, y ves reflejado a un ser desencajado, le acompañan un look marujón, pinza en la cabeza y ojos saltones.
¡¡ Qué no cunda el pánico !! Toca la hora del relevo. Es aconsejable turnarse. Le pasas el baby al marido, y le dices - tu ves..que yo ya... después...ya ya ya.. - (como diría José Mota) y sin mirar por el espejo retrovisor, a la velocidad del rayo haciendo salto de pertiga te metes en la cama y te tapas hasta arribita.
Es muy duro, eres su Tótem y no puedes hacer nada para calmarle, solo darle calor y tenerlo en tus brazos e intentar que no te acabe perforando el tímpano.
Visité varios pediatras y enfermeras
pediátricas de manera casi semanal, formaba parte del club de las mamás pesadas, pero me daba igual. Incluso muchas veces estuvimos a punto de irnos a urgencias pensando que esos gritos podían indicar una dolencia más grave. Compré y probé todo: homeopatía, aceites para
masajes, hierbas digestivas, aerored, jarabes, diferentes posturas,
pero nada.
Los cólicos hay que pasarlos y se van de la misma manera que llegaron. Lo más importante : mucha paciencia y calma.
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