sábado, 28 de abril de 2012

La introducción de la fruta, comienza el show II

Que le vamos a hacer, no le gusta la fruta. He intentado todas las combinaciones posibles: manzana, plátano, naranja, pera, uvas, melón, todo-solo-mezclado, con galleta María, con cereales, con leche, incluso templándola un poco.
Cuando llega la hora de la merienda, yo creo que ya sin querer me pongo accelerated y ella sabe que es el mejor momento para maquinar.
Cierra la boca, intenta incorporarse, comienzan los manotazos, llanteras y acaba con pedorretas poniendo mi ropa llena de lunares pegajosos. ¡  Nena que no estamos en la feria de Sevilla, ojalá  !!
Todo eso acaba con su carita regordeta mirándome fijamente y muy seria, queriendo decirme - que pasa mamá? no me mires así,  no me lo voy a comer y punto, no insistas-

Está pequeña guerra, siempre acaba con un :  Du gewinnst S, du gewinnst!!! ( tú ganas S, tú ganas...!!!).

He consultado con el pediatra, que ya me debe conocer por ser la mamá de la lista, siempre aparezco allí con una especie de pergamino de questions, y boli en mano voy apuntando las respuestas. Había pensado llevarme una grabadora, pero entonces ya si voy a parecer una enferma mental.
Tengo bastante memoria pero si no apunto algunas cosas cuando llego a casa ya no me acuerdo de la mitad, además tienes que estar sacándole al Dr. Haus las palabras con una espátula. Que angustia da, ser una interrogadora policíaca. Entiendo que este cansando de repetir siempre la misma cantinela , pero para mi es todo new.
Digo yo que podrían preparar un manual de instrucciones para los primeros meses   con indicaciones, sería más fácil para mamás primerizas e hipocondríacas como servidora.

-Señora no busquemos problemas donde no los hay...- , pero yo sólo quería saber si...
-señoraaaa.....  (pues eso)

Existen muchos libros, muchas teorías, pero todas queremos la opinión de nuestro pediatra, aunque para ser sincera después cuando llego a casa con los apuntes, de poco sirven, siempre acabo haciendo lo que me da la real de las ganas.

Como el instinto de una madre no hay nada.






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