Pendientes JA ( si), pendientes NEIN (no), that's the question. La última palabra siempre la tiene la mamá, y esa se queda como el aceite, bien arriba.
Todavía recuerdo la cara-Kartoffel del Vikingo cuando yo muy ilusionada le enseñé los mini-pendientes que le había comprado a la nena.
No se podía creer que quisiera perforar la orejita de nuestro bebé, estaba horrorizado.
En Alemania nadie pone pendientes a los bebés tan pequeñitos, se pueden ver "algunas" fashion girls de 2 añitos con pendientes, pero no es lo habitual. Lo más usual es que las niñas pidan pendientes en la adolescencia, 13-14 años. Las farmacias y joyerías son una opción para hacerlos cuando ya no son tan pequeñines, de otra manera se niegan. En los hospitales mejor no preguntar, es como si plantearas hacer un piercing.
Eso si, en cuanto un teutón/a ve al bebé con los pendientes, SIEMPRE exclama horrorizado....
-ayaya pobrecita, tan chiquita..!!! ¿ pero, y eso?
-Pues mire usted, en mi Spanien civilizada es algo normal-personal-opcional, a su mamá también se lo pusieron cuando nació (gracias mamá me ahorraste la perforadora después), además a mi me gusta.
Cuando miran a la niña parece que le he troquelado la oreja en forma de margarita.. o quizás me imaginan como una neandertal con un aguja de lana y alcohol de 70º ejerciendo de costurera desequilibrada. La verdad es que me rió al pensarlo jijijiji...
El vikingo se encargo de "preparar" a la Omi (abuela) para el primer impacto visual del micro- lóbulo del bichito, por suerte no hubieron desmayos.
Los pendientes se los colocó una enfermera, lloran igual que cuando les ponen una vacuna (esta fue la parte dura y que me hizo dudar ) pero creo que hemos adelantado una pequeña tortura del futuro.
Sino se los hubiera puesto ahora, ya lo hubiera dejado hasta que ella decidiera. Pero hacerlo con un par de años, hubiera sido muchísimo peor.
Es cierto, que no he respetado su privacidad, porque son sus orejitas y no las mías, pero he pensado que sería lo mejor para ella, espero no haberme equivocado, en caso contrario, lo siento mi vida.
Costumbres e ideas diferentes, la salsita picante en las parejas mixtas.
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