(Book: Dormir sin lágrimas de Rosa Jové) |
Hoy me gustaría compartir un libro que me ha dejado una buena amiga acerca del sueño infantil (photo). No soy amiga de métodos para hacer dormir, pero ante todo, soy respetuosa con todas las opciones . La sociedad en la que vivimos nos impone muchas cosas, y acaba convirtiendo en problemas, cosas que no lo son. No recuerdo ninguna conversación con mi abuela, madre o tías sobre métodos para dormir niños. No me imagino a la abuela de mi abuela con un reloj de sol controlando los llantos de todos sus pequeños.
No soy de las afortunadas que tiene un bebé de manual "mi bebé es tan buenoooo, come y duerme, come y duerme", " es que ni me he enterado de que he tenido un niño".
No soy de las afortunadas que tiene un bebé de manual "mi bebé es tan buenoooo, come y duerme, come y duerme", " es que ni me he enterado de que he tenido un niño".
Mi señorita duermevela, duerme cuando tiene sueño, eso no implica que sea cuando yo quiero que duerma, que normalmente no coincide cuando yo ya estoy kaputt.
No tiene ningún problema, porque dormir duerme, y sabe recuperar muy bien los sueños de belleza.
Llevamos unas semanas con despertares a partir de las 3.00 hasta las 7.00, no todos los días, pero comienza a convertirse en rutina.
Llevamos unas semanas con despertares a partir de las 3.00 hasta las 7.00, no todos los días, pero comienza a convertirse en rutina.
Se despierta, se coloca de pie en la cuna, y como una directora de cine: "lights, camera, action!!! La señorita está como unas castañuelas, la ponemos en nuestra cama, y no quiere el calorcito de los papás para volver a dormir nein!! , lo suyo es bailar sevillanas.
Se sienta ella solita, y comienza a practicarnos su particular masaje facial, dedo por aquí, por allí.. nariz, boca, oído, sin olvidar la sesión peluquería con tirones de pelo...Imposible descansar con tremenda tortura almodovariana.
Asi, solo nos queda utilizar nuestra armadura de paciencia, cantamos, paseamos, bailamos, hasta bostezamos para ver si eso se contagia, pero nada... Seguimos con el mismo ritual, y poco a poco sus ojitos cotillas se van cerrando. La acostamos sigilosamente en su cunita (que está al lado de nuestra cama).
Vikingo se duerme en 5,4,3,2,1, zero ¡apagado!. Y yo me quedo con ojos de platos llanos, siento que, ich kann nicht mehr = ya no puedo más. Pero si puedo, y tanto, en unas horas toca desayunos, duchas y a ponerse en marcha, que comienza otro día con la pequeña. Si una mamá de familia numerosa me lee seguro que se troncha, pero... yo lo vivo así.
Por cierto, según me han contando otras amigas-mamás-expertas, los niños no suelen dejar estos despertares nocturnos hasta pasados los 2 o 3 años. Algunos niños lo hacen antes, y otros tardan un poquito más. Todo de manera natural y sin intervención.
Se sienta ella solita, y comienza a practicarnos su particular masaje facial, dedo por aquí, por allí.. nariz, boca, oído, sin olvidar la sesión peluquería con tirones de pelo...Imposible descansar con tremenda tortura almodovariana.
Asi, solo nos queda utilizar nuestra armadura de paciencia, cantamos, paseamos, bailamos, hasta bostezamos para ver si eso se contagia, pero nada... Seguimos con el mismo ritual, y poco a poco sus ojitos cotillas se van cerrando. La acostamos sigilosamente en su cunita (que está al lado de nuestra cama).
Vikingo se duerme en 5,4,3,2,1, zero ¡apagado!. Y yo me quedo con ojos de platos llanos, siento que, ich kann nicht mehr = ya no puedo más. Pero si puedo, y tanto, en unas horas toca desayunos, duchas y a ponerse en marcha, que comienza otro día con la pequeña. Si una mamá de familia numerosa me lee seguro que se troncha, pero... yo lo vivo así.
Por cierto, según me han contando otras amigas-mamás-expertas, los niños no suelen dejar estos despertares nocturnos hasta pasados los 2 o 3 años. Algunos niños lo hacen antes, y otros tardan un poquito más. Todo de manera natural y sin intervención.
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